La noche en que Frankenstein leyó el Quijote
La noche en que “Frankenstein leyó el Quijote” (2012) nos cuenta mediante breves textos anécdotas de algunos secretos de escritores y sus libros. Aquí, tres de los que más me llamaron la atención:
Fiódor Dostoievski sufría por ser un ludópata compulsivo. En noviembre de 1866, asfixiado por las deudas, tuvo que aceptar un contrato con su editor: si publicaba una nueva novela en veintiséis días, el editor le pagaba una cantidad para hacer frente a sus acreedores; de lo contrario, perdería los derechos de sus obras. El reto se complicaba porque además debía entregar al periódico El mensajero capítulos de “Crimen y castigo”. El escritor se organizó en sesiones maratonianas: por las mañanas, la novela comprometida, y por las tardes, la nueva novela. Pero las manos no le respondían a la velocidad requerida, así que contrató como taquígrafa a Anna Grigorievna Snitkina. Lograron el objetivo.
Una tarde de 1996, Alice Newton, una niña a la que le fascinaba leer, pasaba el rato en su casa aburrida. Por eso, Barry Cunningham, su padre y editor de una modesta editorial, le hizo entrega de un nuevo libro, de una autora desconocida, J.K. Rowling, que había llegado a su despacho y. La pequeña, tras haber leído aquel manuscrito, bajó de su cuarto y le exclamó a su padre que era lo mejor que le había traído en todos los años. Este, ante el deseo de su hija de conocer más de la original historia, rápidamente se haría con el libro completo. Y así, la editorial Bloomsbury publicaría “Harry Potter y la piedra filosofal”.
Anne Perry, experta en novela negra, carga con un pasado oscuro que quizá le ha permitido escribir sobre crímenes. Cuando adolescente, antes de cambiarse a su nombre actual, Juliet Hulme, asesinaría brutalmente a la madre de su mejor amiga. Juliet pasaría cinco años en prisión. Al salir cambiaría su identidad y se volvería escritora. Pero ella no ha sido la única escritora en tener un pasado manchado de sangre. Otro ejemplo sería el de Vlado Taneski, que comenzó a narrar en el periódico asesinatos a prostitutas que habían sucedido en la región. Pronto se descubriría que Taneski era el autor de dichos crímenes.
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